No fue sólo Alex Pereira quien tuvo que superar adversidades anteriores para competir en UFC 307 el pasado sábado (5), en Utah (EE.UU.). Otra gran figura del evento, Kayla Harrison también pasó momentos difíciles en vísperas del enfrentamiento contra Ketlen Vieira.
Luego de derrotar a su rival brasileña por decisión unánime y prácticamente garantizar la ‘oportunidad por el título’ en la división de peso gallo (135 lb) en el siguiente asalto, la dos veces campeona olímpica de judo se abrió y reveló que fue hospitalizada días antes de su segunda pelea dentro de UFC.
En entrevista con el sitio web ‘MMA Fighting’, Kayla Harrison explicó que contrajo un tipo de infección, que terminó extendiéndose por todo su cuerpo. En un momento, la condecorada atleta estadounidense quedó debilitada hasta el punto de que básicamente orinaba sangre. A pesar del escenario adverso, evitó poner excusas por el desempeño inferior al esperado de los fanáticos en UFC 307, a pesar de la victoria, y tampoco reveló cuál había sido la causa motivadora que la puso en un estado preocupante antes de la pelea.
«No me gusta poner excusas. Tuve que ir al hospital la semana pasada. Había sangre en mi orina. Tuve una infección muy grave que empezó a extenderse. Tuve que tomar antibióticos. Había sangre en mi orina. Fueron pasando muchas cosas (al mismo tiempo), pero no es excusa. Tengo que ser el mejor del mundo en mi peor día. Después de 12 semanas de ‘aire y oraciones’, no, encontraríamos una manera (de luchar), contra viento y marea. Además, por todo lo que estaba en juego, estoy agradecido de poder ir allí y aun así ganar. Con muchas ganas de volver al gimnasio, tengo muchas cosas que mejorar, sé que esta pelea me ayudará a crecer. Incluso fuera de la jaula, decisiones que tomé. Comí demasiado después del pesaje, tenía tanta hambre que me excedí. Me sentí un poco mal el sábado porque comí mucho. Tengo que mantener la disciplina, incluso después de pesarme”, reveló Kayla Harrison.
Vigilando a la campeona
Con el triunfo sobre Ketlen, Harrison avanzó en el ranking de peso gallo y ahora aparece en el segundo lugar. Debido al estatus y al hype que tiene, la tendencia es que la judoka estadounidense sea acreditada como la próxima retadora por el cinturón en la siguiente ronda. De esta manera, su atención se centra completamente en Julianna Peña quien, también en UFC 307, derrotó a la entonces campeona Raquel Pennington y recuperó el título de la división de 135 lb.
