Estrellas de esta noche de sábado (27), en UFC 304, Leon Edwards y Tom Aspinall son sinónimo de constancia y rendimiento deportivo al más alto nivel. Sin embargo, a pesar de haber llegado a lo más alto de la cadena alimentaria de las MMA, los deportistas británicos son, por diferentes motivos y circunstancias, discretos campeones dentro de la empresa.
A punto de protagonizar una cartelera numerada ante sus aficionados locales, en Manchester (Inglaterra), el dúo busca un ‘giro clave’ en su carrera que, en consecuencia, aumente su demanda y popularidad entre los aficionados al deporte de todo el mundo.
Pero para que esto suceda, mantener sus respectivos cinturones es fundamental. Sin embargo, la misión no será fácil. Después de todo, Edwards y Aspinall, a pesar de ser favoritos para las peleas de UFC 304, se enfrentarán a retadores que llegan confiados y en gran forma.
En la pelea coestelar, Curtis Blaydes busca quitarle el título interino de peso pesado de las manos a Tom Aspinall. En la pelea principal de la noche, Belal Muhammad apunta a ‘romper la banca’ y convertirse en el nuevo campeón de peso welter (170 lb) en una revancha contra Leon Edwards.
Posibles soluciones
Muy activo en entrevistas y redes sociales, Aspinall es visto como uno de los posibles líderes de la nueva generación de pesos pesados dentro de UFC. Sin embargo, a pesar de estar en ascenso, el gigante inglés vive a la sombra de Jon Jones , dueño del cinturón lineal de la categoría y considerado el mejor luchador de todos los tiempos en este deporte.
Por lo tanto, con ‘Bones’ aún en activo, es complicado que la figura de Tom cale entre los fans y se haga popular.
Para superar este escenario, Aspinall, además de seguir ganando dentro del octágono, deberá intentar lograr un enfrentamiento directo contra Jones. Un clásico duelo de generaciones por una posible unificación de títulos sería la situación perfecta para que el inglés tuviera su imagen expuesta en el centro de los focos. Otra alternativa sería esperar al retiro del estadounidense, que podría hacerse oficial en noviembre, en una pelea programada contra el también veterano Stipe Miocic.
En cambio, Leon Edwards pasa por una situación diferente. Dueño de una personalidad más tímida, el deportista carece de carisma y, por eso, permanece en un segundo plano para la afición, aunque se encuentra en una gran etapa y es el campeón de peso welter.
Una posible solución al escenario sería buscar más formas de permanecer en las noticias, cambiar de postura en las entrevistas o incluso anunciar un cambio repentino en su carrera, como una posible búsqueda de un segundo cinturón en la empresa, un movimiento que ya ha sido considerado por el deportista.
Actores secundarios en el show
Y la prueba de que Edwards y Aspinall aún no son las estrellas de mayor calibre en la organización llegó durante la semana de UFC 304. A pesar de competir en las únicas peleas de la noche relacionadas con cinturones, el dúo quedó, en cierto modo, en un segundo plano del día antes del espectáculo frente a algunos actores secundarios que se robaron el espectáculo.
En la cartelera preliminar, el duelo entre Manel Kape y Muhammad Mokaev fue el gran tema de la semana, sobre todo después de la pelea generalizada entre los equipos de peso mosca (125 lb) en el hotel de los atletas.
Además de ellos, también llamó la atención el popular Paddy Pimblett, aunque ni siquiera figuraba entre los 15 mejores del peso ligero (155 lb). Con su última pelea de su actual contrato programada contra Bobby Green, ‘The Baddy’ ha seguido siendo relevante al coquetear con la posibilidad de pasar al boxeo de celebridades.
