Luego de tener que esperar dos años luego de firmar el contrato para debutar en la UFC, debido a una suspensión por dopaje, Bruno Silva inició su trayectoria en la organización con una secuencia de peleas brutales, subiendo en el octágono más famoso del mundo cinco veces en solo 14 meses. Sin embargo, una cirugía en la clavícula hizo que el brasileño pisara el freno y consiguiera un respiro que el propio luchador reconoce necesitar.
Ahora, ocho meses después de su última actuación, el peso medio (185 lb) regresará al octágono de la UFC este sábado (22), para enfrentar a Brad Tavares en el evento coestelar del UFC Vegas 71, recuperado físicamente y, principalmente, con la mente descansada. En entrevista exclusiva con Ag. Fight, Bruno Silva reconoció que el parón obligado en su carrera, por la lesión, fue sumamente importante para poder volver a rendir a su mejor nivel dentro de la jaula.
“Hay veces que tenemos que parar un rato, no sirve de nada. Estaba muy cansado mentalmente . Físicamente no porque el físico descansas en dos días. Pero la mente no descansa en dos días y estaba muy cansada. Es mucha presión en la cabeza. No es ni de fuera, me cobro mucho. Entonces, cuando me cobro mucho, me desgaste aún más. Necesitaba tomar un descanso, parar con mi familia, revisar algunas cosas”, admitió Bruno.
Ayuda profesional para tratar con la mente
En las MMA profesionales desde 2010, Bruno Silva ha pasado por altibajos en su carrera y, con experiencia, conoce la importancia de un fuerte conjunto físico y mental en la vida de un atleta. Tanto es así que el brasileño acompaña desde hace más de cinco años el trabajo con profesionales de la psicología del deporte. Sin embargo, tras el maratón de peleas al inicio de su andadura en la UFC, surgió un nuevo ‘enemigo invisible’: la ansiedad.
Según el peso medio, la ansiedad lo afectó de manera importante en su más reciente aparición en la UFC, cuando fue derrotado por Gerald Meerschaert, revés en el que tuvo un desempeño muy por debajo de las expectativas. Por eso, Bruno Silva no lo pensó dos veces y amplió el cuidado de su mente, contratando a otro profesional de la psicología para que lo ayudara en su carrera.
“Empecé a trabajar con un psicólogo en 2017 a 2018. Fue uno de los peores momentos de mi carrera. Estaba sin rumbo, sin destino, estaba peleando en Brasil y sabía que quería más, no quería quedarme en esa situación. Y empecé con la psicóloga y mi vida cambió. Anoté siete nocauts seguidos, en Rusia, en la UFC. Simplemente parecía que no era mucho todavía. Nuestra mente es como una casa con una gotera, si no tapas todas las goteras, en una hora la casa se llenará. Por más fuertes que seamos, hay veces que uno dice una cosa, otro dice otra… Esto hace una bola (bola de nieve) muy grande”, reflexionó Bruno Silva.
“Y comencé a lidiar mucho con la ansiedad. Una ansiedad totalmente diferente a la normal que sentía antes, que era antes de la pelea, que tenía mariposas en el estómago, pero controlada. Era un latido (del corazón) alto, estaba sin aliento . Sentí que en la última pelea y contraté a otro psicólogo, trabajé con dos. Ellos haciendo su parte y yo la mía, y la gente de mi alrededor ayudándome. He tenido 30 peleas en las MMA, me han rotado y ya les dije: la mente es mucho más importante que el físico. El físico lo entrenas, la mente -si no la cuidas- te hunde”, concluyó.
El excampeón mundial de peso medio de M-1, Bruno Silva llegó a la UFC de manera abrumadora, ganando sus primeros tres combates por nocaut. Sin embargo, luego de la secuencia positiva, el brasileño sufrió dos reveses consecutivos, para Alex Poatan y Gerald Meerschaert. Este sábado, el atleta de ‘Thai Evolution’ busca la recuperación ante Brad Tavares, en el evento coestelar del UFC Vegas 71.