Este sábado (7), Dustin Poirier intentará hacer lo que nadie ha logrado aún: derrotar a Khabib Nurmagomedov dentro de los octágonos. Sin embargo, incluso si se le asigna una misión «ingrata», el peso ligero estadounidense (70 kg) tiene la intención de utilizar la situación adversa a su favor. Durante el ‘media day’ de la tarjeta con sede en Abu Dhabi, este jueves, el campeón interino de la categoría utilizó el favoritismo ruso para transferirle la responsabilidad de una victoria a su rival.
Según el atleta de ‘American Top Team’, competir como un desvalido tiene sus ventajas, además de aportar algo de tranquilidad al octágono; después de todo, Nurmagomedov defiende su soberanía entre los pesos ligeros y su invencibilidad en el deporte. Por lo tanto, dado el contexto, Poirier opinó que no tiene nada que perder en esta pelea.
“Saca lo mejor de cada uno (pelear como un desvalido). Cuando estoy en ese lado de la red, todos esperan que me golpeen, me humillen, ¿verdad? Entonces, cualquier cosa que haga será mejor que eso. Khabib que tiene que ir allí y dominarme. Si él no entra en la jaula, me golpea y termina la pelea temprano, lo hará peor de lo que la gente predijo. La presión está de su lado, solo tengo que ganar esta pelea. Seguro que sorprenderé al mundo. Solo quiero traer de vuelta el cinturón a los EE. UU. Y dárselo a mi hija», analizó ‘The Diamond’, como es conocido, según el sitio ‘MMA Fighting’.
Un factor que puede ser primordial en el duelo de campeones es el ritmo de las peleas. Poirier viene de un triunfo sobre Max Holloway en abril. Khabib no ha estado en acción desde octubre del año pasado, cuando finalizó a Conor McGregor en el UFC 229. El tiempo fuera de los octágonos puede pesar contra el campeón ruso ante su oponente estadounidense el sábado.