Jorge Masvidal no mostró misericordia dentro del octágono y ni fuera de el – Rigel Salazar
Estaba claro que Jorge Masvidal tenía problemas personales con Ben Askren incluso antes del combate de este sábado (6). Y después de aplicar el nocaut más rápido de la historia de la UFC en su enemigo, ‘Gamebred’, como es conocido, insistió en ratificar su animadversión por el especialista en lucha libre.
Durante la conferencia de prensa realizada tras el show en Las Vegas (EUA), Masvidal comentó sobre la posibilidad de haber aplicado dos golpes innecesarios en un adversario ya noqueado. De forma irónica, el ‘striker’ afirmó que creía que su rival iría a levantarse después del golpe brutal que él había sufrido. El wélter (77 kg) aprovechó para responder a los críticos que cuestionaron su conducta dentro del octágono.
“Él recibió un súper golpe en la cabeza, se pegó en la clavícula. Él recibió de todo. Después tomó aquellos golpes en la cara porque yo creí que él iba a levante (risas)”, analizó Masvidal, de forma irónica.
“Eran súper necesarios (los golpes después del nocaut). ¿Por qué no lo serían? El árbitro no tenía una decisión aún. Mi trabajo es pegarle a las personas hasta que el árbitro me lo impida. Entonces para esas personas que están criticando (mis golpes) tal vez sea mejor que dejen de ver MMA y vuelvan al fútbol”, completó Jorge.
Con el triunfo en el UFC 239, Masvidal quedó aún más cerca de la tan soñada ‘oportunidad por el título’. El americano es uno de los postulantes a encarar el actual campeón de la categoría de hasta 77 kg, Kamaru Usman. Actualmente, el nigeriano se recupera de lesiones sufridas en su último combate para regresar a los octágonos y defender su cinturón por primera vez en el Ultimate.