Aunque Jon Jones anunció recientemente su regreso a los entrenamientos, motivado por el evento especial que UFC planea celebrar en la Casa Blanca en 2026, el presidente de la organización, Dana White, no parece dispuesto a seleccionarlo como protagonista de la histórica edición. Durante la conferencia de prensa posterior a UFC 318, el director fue directo al expresar su desconfianza hacia el veterano.
A pesar de ser ampliamente reconocido como uno de los mejores luchadores de todos los tiempos, el excampeón en dos categorías de peso diferentes no goza de la plena confianza del director de la UFC. La preocupación, según él, va más allá del rendimiento atlético y está estrechamente relacionada con su historial extradeportivo.
«No se trata solo de que gane el cinturón. Ya sabes lo que pienso de él. No puedo arriesgarme a ponerlo en una situación difícil y que algo salga mal, especialmente en la cartelera de la Casa Blanca», dijo White.
El evento, que forma parte de las celebraciones del 250.º aniversario de la independencia de Estados Unidos, está programado para 2026 y aún se encuentra en las primeras etapas de planificación. Dana enfatizó que, por ahora, no se habla de enfrentamientos ni de nombres, ya que el escenario podría cambiar considerablemente para entonces.
Historia problemática
Las declaraciones de Dana White cobran aún más fuerza dado el controvertido pasado de Jon Jones fuera del octágono. El estadounidense tiene un historial de episodios que han impactado directamente eventos importantes dentro de la organización durante la última década.
En 2012, declinó enfrentarse a Chael Sonnen a última hora tras la lesión de Dan Henderson, lo que provocó la cancelación de UFC 151, la primera vez que la organización tuvo que cancelar un evento principal. Tres años después, perdió su título tras sufrir un accidente de atropello y fuga.
En 2016, fue retirado del UFC 200 tras dar positivo por una sustancia prohibida en la víspera de su esperado combate contra Daniel Cormier. Más recientemente, una lesión en el músculo pectoral lo apartó de su pelea contra Stipe Miocic, que se pospuso más de un año.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, Dana White se muestra cauteloso a la hora de considerar a Jones en una posición destacada, especialmente en un evento con tanta visibilidad institucional como el planeado en la Casa Blanca.